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Auto- observación

¿Observar aquello que nos pasa? Nuestros pensamientos y sentimientos se suceden unos a otros, y se repiten incansablemente, sin ser lo suficientemente lúcidos para orientarnos. Nuestra mente parece deformada, olvidado su estado natural: el silencio.

Cuando vemos algo con claridad, nuestras contradicciones se hacen evidentes. Podría ser un alivio, pero en vez de asumirlas como tal, vamos a la conocida autocrítica. Pareciera que estamos condicionados en cada una de nuestras reacciones, y darnos cuenta de esto descorazona. ¿Será posible ir más allá de nuestros "deber ser" y respuestas automatizadas?   

Cuando hacemos un esfuerzo sostenido por conocernos y develar nuestros “topes”, el escenario se va aclarando. La auto-observación se instala a nuestro lado y no acusa ni hace comentarios valorativos, simplemente se contenta con mostrar. Henos aquí junto a una aliada poderosa.

Búsqueda

Algunes de nosotres, buscamos. No nos conformamos con lo que vemos en apariencia, y eso no lleva a ir más allá. ¿Por qué las cosas son como son? No sirve por que sí, o porque la mayoría lo consensua así.

Algunos viajamos en avión, a otros países y culturas. ¿Qué es similar y qué es distinto en los otros -y en mí- cambiando el escenario? A otros nos fascina la exploración desde el estudio, la lectura, los saberes o las prácticas, y nos sumergimos a otras realidades a través de los descubrimientos de otros.

Reconozco en mí una sed por la 'verdad' y lo 'eterno' que me hace caminar, avanzar, vivir, con la mente y el corazón abierto, aunque no llegue a nada totalmente certero. Eso me recuerda a Galeano, que tiene un cuento hermoso sobre la utopía.

“La utopía está en el horizonte. Camino dos pasos, ella se aleja dos pasos, y el horizonte se corre diez pasos más allá. ¿Para qué sirve la utopía? Para eso sirve, para caminar.”

 

¿Dónde se encuentra la espiritualidad?

La asociamos a símbolos, lugares y personas, aquellas que nos traen una idea o sentimiento sobre la trascendencia (o el misterio). En general aprendemos a asociar ciertos elementos a aquello que está ´más allá de nosotros´.

Creo que esto sucede mientras no la encontramos dentro de nosotros mismos. Es que no es tan fácil hacerlo… yo al menos doy gracias a aquello que me ayuda a recordar ese silencio que siento cuando estoy presente. Me encantan los templos, las iglesias, la naturaleza, escuchar lo que dicen los maestros espirituales, mi altar frente al cual medito.

Pero nunca el elemento externo puede hacer por mí lo que yo tengo que hacer internamente. Bien puedo rezar, ir a un lugar sagrado o tener el mejor Gurú o maestro espiritual del mundo, sin encontrar calma.

Puedo hacer mucha cosa, sin poner conciencia.
Pero si pongo conciencia, ahí estoy. De eso se trata.

 

Interioridad

¿Cómo vuelves tú a tí?

 

Hace un mes más o menos vi a Gastón Soublette en una entrevista. El filósofo decía: “El hombre de esta sociedad, se cayó hacia afuera.” Vivimos una vida vuelta al exterior, obsesionada por el tiempo útil. ¿Qué pasa con los sentimientos, la intuición, el gozo de vivir, la contemplación de la belleza?

Yo me quedé pensando en este término, de que ´la conciencia se caiga hacia afuera´, y tuve que reconocer lo difícil que me es cuidar mi mundo interior. Lo externo me saca de mí automáticamente. Me lleva aquí y allá, preocupándome por dinero, relaciones, elecciones. Hago bastante esfuerzo: medito, escribo, estudio temas afines. Es un aprendizaje que requiere mucha perseverancia esto de ´recoger mi conciencia de allí donde se cae'.

Vivir en el ashram en India me encantaba porque todo giraba en torno a la vida interior, la meditación, el recogimiento. Pero igual me mente se distraía y yo sudaba la gota gorda tratando de profundizar. Allí más que en ningún otro lugar me era evidente cuán lejos estamos de nosotros mismos, y cuán fuerte es el hábito de irse.

Aunque hay mucho que aprendí allí, sigo desafiada a no olvidarme de mí. Al final de cuentas sé que la verdad es que, allí donde estoy es donde tengo que estar presente, conmigo.

¿Qué es para ti ´lo interno´? ¿Cómo te encuentras con tu interioridad?

El propio vuelo 

 

Cuando me fui a India buscaba mi vuelo propio. Había recién terminado la U, y no estaba conforme con mi vida en Santiago. Desde pequeña sabía que no quería vivir en la ciudad, y no sabía bien qué hacer con mi profesión. ¿Cómo generar los mega cambios sociales necesarios? Empecé a escuchar una y otra vez que todo partía cambiándome a mí misma, y esto a la vez me hizo sentir perdida y entusiasmada… nuevamente estaba ahí la pregunta, ¿cómo hacerlo?

Al comienzo de mi viaje me encontré con un hombre que enseñaba sanación, y él se puso a decirme cosas sobre mí, impresionantes (muchas bien difíciles de tragar). Yo pensé: “guau, buenísimo, aquí sí que me dicen las verdades incomodas”.

Me quedé allá harto tiempo; años. Tenia un nombre espiritual y todo. Aprendí toneladas sobre energía, traumas y creencias limitantes, bloqueos energéticos, guías espirituales. Vibraba, pensaba y sentía distinto. Me desarrollaba en un medio tan distinto, otra red cultural, relaciones y concepciones de vida. Una oportunidad tremenda que me empujó a reconocer alas sobre las que nada sabía. El aprendizaje no acabó ahí, sino en el tremendo saltó que fue tomar esas alitas y aterrizar de vuelta en Santiago de Chile, para comenzar de nuevo con lo esencial, aquí.

Con este ir y venir aprendí que los seres humanos tenemos potenciales que ni imaginamos, realmente bellos. Además…. se pueden, si se quiere, descubrirlos. Toma esfuerzo y trabajo, quizás como es el proceso de crear una obra de arte. Miguel Ángel definía su trabajo de escultor como “liberar o hacer salir la forma que ya estaba ahí”.

Cuando acompaño a una persona en psicoterapia o en los grupos de crecimiento personal, en esto me baso. Hay un potencial en esa persona, que ella o él -y yo-, desconocemos… pero está ahí, quiere ser develado… es nuestra esencia. Y no necesitamos ir a ninguna parte para hacer ese trabajo, puede requerir un viaje externo, pero tal vez no. Lo esencial, es interno.

Entrevista por Alondra Amigo

https://www.youtube.com/watch?v=E8PRfBpBmus

 

"Diamela la conocí porque me encontraba buscando un espacio "diferente" de sanación, no quería algo lingüístico, sino más bien sentía que necesitaba algo que silenciara mi mente, algo que no podía comprender, pero sabía que tenía que mirar. Fue ahí que una amiga me recomendó tener una sesión con ella. Literalmente fue muy mágica, potente, SANADORA.

(...) Cómo fue su camino, que la llevó a viajar, que la trajo de vuelta a Chile, quiénes podrían participar de sus terapias, cómo ha sido ese caminar y qué cree ella que es bueno para partir en este camino de despertar."

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